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Actualizado al 08/02/2024
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Resiliencia emprendedora en tiempos de pandemia

Si Ana María Hernández ya era una mujer resiliente desde sus inicios como emprendedora, durante la pandemia reconfirmó su fortaleza frente a las adversidades.
Como a todos, la crisis sanitaria y cuarentena por la COVID-19 la encontró de improviso. Pero, gracias a su formación y motivación, ha logrado salir adelante con su negocio de manualidades Majoni, que hoy incluso vende en el extranjero.
Llegar a esto no fue fácil. “Desde muy pequeña me ha gustado tejer, incluso en el colegio era la mejor alumna en bordado. Sin embargo, mi papá me dijo que de eso no podía vivir, así que estudié contabilidad”, cuenta.
En un momento complicado, como lo fue la separación de su esposo, tuvo que hacer frente a nuevos retos, pero ella no se amilanó. “En ese momento, llegué al taller de manualidades de Asociación UNACEM y fue todo lo que yo quería. No solo aprendía de tejido y bordado, sino a hacer carteras de cuero, grabado, cuadros”, recuerda.
Ana habla de su emprendimiento con orgullo, pues es un trabajo hecho por la familia para la familia. De hecho, el nombre hace referencia a sus hijos, quienes colaboran activamente.

“Aprendí que ese apasionamiento que tenía por las manualidades podía convertirse en un negocio”.

Esta mujer emprendedora es parte de nuestro proyecto Formación Técnica Emprendedora, que desarrollamos desde Asociación UNACEM en Lima Sur y Condorcocha. Allí, empezó con cursos técnicos de manualidades y luego fue escalando su aprendizaje con gestión empresarial Mi Negocio y, en pandemia, capacitaciones en marketing digital y redes sociales en ESAN, así como en la elaboración de un “plan COVID -19”, centrado en la implementación de protocolos sanitarios, para la reactivación de emprendimientos luego de la cuarentena.
“No sabía cómo manejar el Facebook o WhatsApp, pero he aprendido. La verdad que no me ha ido nada mal durante la pandemia”, asegura Hernández, quien ha sabido amoldarse a la coyuntura, como cuando aprovechó el mes de febrero para tejer tulipanes como regalo de amistad o amor. “Ha sido como sacarme la lotería. Mi hijo ha podido ir a la universidad, todos son parte del éxito”, remarca. “Ahora quiero estudiar tejido industrial para no ser dependiente de otro negocio que exporta al extranjero, me siento motivada por mi familia”, se proyecta Ana.

María: Adaptándose con éxito a la nueva normalidad

La estricta cuarentena por la pandemia también significó un gran reto para María Mallqui. Su esposo, trabajador del rubro construcción, no podía salir a laborar, así que ella se convirtió en el único gran soporte de la familia.
Lo ha hecho con éxito gracias a la pastelería que fundó hace unos 10 años y que no ha dejado de funcionar desde su casa, apoyada por su hija mayor. La solución: sumergirse en ese mundo virtual que antes dejaba de lado.

“Me dije que debía perder el temor. Aprendí sobre redes sociales y herramientas digitales. Cuando ya las usé, la gente empezó a escribirme y comencé a vender más. Si no estamos actualizados, cómo vamos a salir adelante”.

María Mallqui es otra de las emprendedoras capacitadas por la Asociación UNACEM y la Universidad Esan, como parte del proyecto Formación Técnica Emprendedora.
Gracias a los talleres técnico-productivos, así como los cursos de asesoría empresarial, el programa de Formación Técnica Emprendedora ha logrado beneficiar a más de 2600 vecinos de las zonas aledañas a nuestras operaciones, desde el 2006.

Adelantándose a contextos adversos

Para María, todo empezó en 2010, justamente cuando entró a los talleres para estudiar pastelería, teniendo en mente a su padre, quien fue panadero.
En el camino, siguió cursos de negocio y atención al cliente. Sus conocimientos y su motivación por aprender más la llevaron a ser una de las cinco finalistas de un concurso que premiaba a las mejores emprendedoras. “Como finalistas, nos apoyaron con una herramienta para nuestro negocio. Yo quería un horno, que ahora es como mi amigo”, cuenta María, en alusión a lo vital que ha significado esta ayuda para su emprendimiento.“Con todo lo que ha pasado, pienso: si no hubiera aprendido pastelería, cómo estuviéramos ahora…”, reflexiona. Es muy consciente de que su formación técnica ha sido el gran empujón de su éxito aún en tiempos de pandemia.