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Actualizado al 08/02/2024
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UNACEM y la PUCP: Apostando por nuestro patrimonio cultural

Perú es un país con un asombroso pasado por descubrir. El valor del patrimonio cultural está en la información contenida, la que hace posible revelar cómo vivían e incluso en qué creían nuestros antepasados. Los resultados del Programa Arqueológico – Escuela de Campo “Valle de Pachacamac”, fruto de colaboración entre UNACEM y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), lo demuestran; y proporcionan pruebas tangibles que invertir en arqueología es indispensable no solo para afirmar nuestra identidad como peruanos y también como vecinos comprometidos con su entorno, sino también para asegurar la viabilidad y promover el desarrollo del turismo nacional.

Este proyecto funciona desde hace 27 años y ha tenido entre sus principales objetivos lograr la preservación de Pueblo Viejo-Pucará y Tablada de Lurín.

Krzysztof Makowski, director de este programa arqueológico

La alianza entre la PUCP y UNACEM es bastante novedosa, dado que el programa fue construido como una escuela de campo en el marco del cual los futuros arqueólogos se están formando en todos los niveles.” Así, este proyecto está trayendo no solo nuevos descubrimientos, sino también la formación de nuevos investigadores y gestores de patrimonio. Hoy en día, hay varias generaciones de arqueólogos formados en este proyecto en puestos importantes tanto en el Perú, como en el extranjero

Hallazgos: Interés histórico y cultural

En el caso de Tablada de Lurín, las investigaciones revelaron un conjunto coherente de prácticas funerarias, estilos y tecnologías de la metalurgia y alfarería que caracterizaron a los pobladores de los valles de Lurín y Rímac hace dos mil años. Lo importante de este sitio es que es uno de los pocos cementerios prehispánicos que no han sido destruidos. Según Makowski “un cementerio prehispánico es como una especie de libro”; su estudio es la única oportunidad de conocer la organización política, social y aspectos de creencias en el remoto pasado.

En cuanto al caso de Pueblo Viejo–Pucará, esta sigue siendo una de las excavaciones más amplias de América del Sur. En el asentamiento, de carácter urbano, se han excavado hasta el momento dos palacios, un templo, varias residencias de élite y también casas de gente común. Los hallazgos de bellas cerámicas inca provincial, de armas y adornos de metal, demuestran el estatus privilegiado de los pobladores de Pueblo Viejo–Pucará, que fue construido en un lugar fácil de defender. El tipo de arquitectura único en el Valle de Lurín, los comportamientos funerarios, entre otras características, demuestran que los pobladores originarios de Huarochirí fueron trasladados por los Incas, para que cumplan el papel de defensores y sean pastores de rebaños de Pachacamac.

Unidos por la arqueología

Sin duda, la eficiencia de casi tres décadas de esta unión entre la PUCP y UNACEM para mayores investigaciones, hallazgos y análisis de nuestros antepasados, está dando cada vez más frutos. Darle la debida importancia a la historia del Perú es algo inevitable si queremos crecer como país y como sociedad.

Makowski nos recuerda que “debemos entender una verdad que podría ser obvia, pero parece que no lo es: el valor del patrimonio no está tanto en la materialidad. El principal valor del patrimonio está en la información contenida—es decir, en encontrar la vida y la gente detrás de los vestigios”

Es así como los vestigios arqueológicos empiezan a llenar nuestro paisaje de narrativas sobre el pasado sorprendente y hasta hoy desconocido, ayudando al Perú a crecer gracias al desarrollo dinámico de un turismo sostenible. En realidad, el Perú prehispánico está aún por descubrir; y estos proyectos son los que necesita el país para lograrlo.